El año pasado tuve la oportunidad de leer y ver una novela de Ken Follet que se llama Los Pilares de la Tierra. Más que una novela que muestra el paso a paso de la construcción de una catedral gótica (con toda complicación y cambio de planes que se presentaba) y de como el estilo arquitectónico con sus altísimas torres, detalles decorativos, boveda de cruzeria y arcos ojivales se va desarrollando y ganando campo en la arquitectura, es más una novela que habla del arquitecto como persona, como ser humano, como persona miembro de una familia, con sueños y metas, pero también con miedos e inseguridades.
Tom es el personaje principal de la novela y es un albañil que es despedido de su trabajo y queda en la miseria junto a su familia. No obstante, tras una lucha intensa que llevo meses y años y la ayuda de su familia y de personajes importantes y de monjes, se convierte en el maestro constructor de la primera catedral gótica de Inglaterra. Sabemos que en el estilo gótico, la catedral más alta, más decorada, y más rica como obra arquitectonica, significaba una ciudad próspera y respetable ante el resto del mundo. Sin embargo, durante la época de desata la guerra civil lo que hace que la construcción se vaya extendiendo por años, y ni las guerras, los incendios y las condiciones deplorables que tuvieron que vivir fueron suficientes para que Tom y su hijo Jack no se sobrepusieran a sus circunstancias cotidianas y se acercaran a lo eterno, a la catedral más famosa del mundo, fruto (literalmente) del sudor y el sacrificio de estos.
Tom es un personaje muy especial que destaca durante toda la novela por su fuerza e inteligencia y que refleja esa necesidad del hombre por mantener su trabajo, incluso a costa de su propia integridad física, personal, afectiva, familiar o social. Me gusta muchísimo el personaje porque es una realidad cotidiana, que veo en mi día a día (y creo pensar que muchos de nosotros lo hemos visto) y es la manera como mi papa se desvive y se mata literalmente hasta el cansancio por su trabajo, y es que los frutos solo llegan tras enormes esfuerzos, no con la facilidad que todos quisieran. Y asi como Tom lo logro, el éxito se debe especialmente a la lucha diaria, al trabajo constante... Esa es la clave.
Es una novela extensa, pero espectacular con un guión perfecto, un trama genial y personajes estupendos. Además re amo el estilo gótico asi que ese era un motivo más para quedar encantada con el libro. La verdad, engancha. Llore y me rei. Muy cool y recomendado al 100% !